
Muchos vecinos cumplieron con la tradición de reunirse alrededor de un “chisco” y convivir, durante unas horas, al calor del fuego, con “rosetas” y vino del país. La celebración de la festividad de San Antón se remonta a tiempos inmemoriales y estaba vinculada a la ermita que existía en la calle Las Parras. El Ayuntamiento de Torredelcampo autorizó dieciséis hogueras, repartidas por diferentes zonas del casco urbano. Como en años anteriores, no faltaron a esta cita los barrios del casco antiguo, San Miguel y Fuente Nueva, cuyas respectivas asociaciones de vecinos se encargaron de organizar sus hogueras, donde se reunieron decenas de personas.